Tiempo Santa Lucía

25 junio 2009

Reflexión a pocos días de las Elecciónes

Estamos a horas de elegir a nuestros candidatos a legisladores nacionales y he podido escuchar en los actos políticos a los que asistí que nuestros candidatos se preocuparon más en hablar mal de sus contrincantes electorales que en ofrecer soluciones a los problemas que sufre el pueblo.
Sean quienes sean los que resulten ganadores el próximo domingo, los “flamantes ganadores” querrá votar a favor un proyecto de un opositor que se dedicó a hablar mal, diciendo que los tendrán que dirigirse a nuestro Congreso Nacional en donde se encontrarán con legisladores de otros partidos y tendrán que presentar proyectos para que podamos tener un país mejor; ahora bien, ¿piensan ustedes que un legislador oficialistasoficialistas son personas corruptas?; o viceversa, ¿piensan ustedes que un legislador opositor tendrá en cuenta un proyecto oficialista después de que estos hablaran mal de ellos?. En esos momentos todos seguramente pedirán humildad y consenso en políticas que nos beneficien a todos, algo que les faltó en sus campañas para asumir el puesto.
Cuando estén sentados en sus bancas tendrían que olvidarse del partido político al que pertenecen y pensar en el pueblo, acercándose los opositores con humildad a los oficialistas y los oficialistas tener la humildad de recibir a los opositores para lograr juntos realizar proyectos para el bien nacional, porque de nada sirve presentar un proyecto propio de un bloque y pretender que los demás bloques lo aprueben de buenas a primeras, eso es perder el tiempo y es algo que no nos sobra a los argentinos porque hay chicos desnutridos y muriéndose de hambre mientras ellos discuten.
Todos creen tener la solución para que nuestro país salga adelante, pero van a dar pequeños pasos (si los dan) si lo intentan hacer solos. Es indispensable que los que lleguen al Congreso Nacional entiendan que ya no pertenecen a un grupo político, sino que son representantes de todos los argentinos y serán responsables directos del futuro nacional.

Jonatán Pinela