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15 julio 2011

Niño cayó 10 pisos y sobrevivió


Un niño que cayó 10 pisos y sobrevivió tras ser capturado por un transeúnte abarcó los titulares de la prensa internacional hace algunos días. Pero ¿cuál es la mejor forma de atrapar a un niño en una caída?

Zhang Fangyu, más conocido por su apodo de Niu Niu, se convirtió en famoso a sus dos años, sobre todo en su natal China.

El niño despertó de un coma de 10 días después de que el pasado 4 de julio cayera de la ventana del apartamento de su familia en la ciudad de Hangzhou, en el este del país.

El niño no alcanzó a tocar el suelo porque su caída fue interrumpida por una mujer de 31 años de edad, Wu Juping, quien lo recibió en sus brazos pero cayó noqueada por el impacto.

Los físicos dicen que la clave para minimizar los daños al niño y al receptor es tratar de expandir la energía del impacto el mayor tiempo posible, como dejándose caer al tiempo que se atrapa al niño.

Casos raros

Eventos como éste son raros en la vida real, aunque los periódicos por lo general cuentan con una o dos de estas historias cada año.

En abril, una madre de Nottinghamshire en Inglaterra salvó la vida de una bebé de 16 meses que cayó 12 metros desde un balcón de un hotel en Florida.

Helen Beard, de 44 años, estaba junto a la piscina cuando vio que la niña estaba a punto de caer. Corrió y logró atraparla en sus brazos antes de que ambas cayeran al suelo.

En 2010, un niño de 18 meses sobrevivió a una caída desde un apartamento en París, gracias a que rebotó en un toldo y fue a parar a los brazos de un doctor que deambulaba por allí.

Está bien documentado que en estas circunstancias, el niño suele tener mejores perspectivas de supervivencia que un adulto.

Esto puede ser porque los niños son más flexibles y sus huesos menos quebradizos. Además, el que tengan un cuerpo más pequeño también podría significar que es posible para otra persona atraparlo durante la caída.

Pero ¿hay algo que una persona puede hacer para ayudar a atrapar a un niño cayendo?

Leyes de la física

En un análisis puramente hipotético, la física Lisa Jardine-Wright tomó en cuenta los principales factores involucrados y aplicó las leyes de la física a la situación.

Jardine-Wright, del Laboratorio Cavendish en la Universidad de Cambridge, explicó que mientras más pesado es el objeto que cae, mayor será la fuerza experimentada por el objeto y el receptor.

"Una bola de boliche de 10 kg cayendo a la velocidad de la caída de un bebé lanzaría hacia atrás a la persona alrededor de 11 km/h, mientras que una manzana produciría un retroceso apenas perceptible de menos de 0.16 km/h", dijo.

La fuerza también será más grande si la caída es de 10 pisos en lugar de tres, ya que la velocidad sería mayor al momento que se haga la captura.

"Lo que sea que esté recibiendo la colisión, si se trata de una pared de ladrillos, un colchón, un coche o alguien que atrapa a un bebé, si la energía de la colisión se puede transferir en el tiempo en lugar de ser instantánea, el impacto se reduce".

El escenario de la caída de un niño se puede comparar con los porteros en fútbol, que en vez de permanecer rígidos y rectos, normalmente caen al tiempo que capturan la pelota.

"Si usted cae a medida que atrapa al bebé, eso podría ayudar ya que está reduciendo el impacto de la captura. Si quiere caer de forma segura, pasto y tierra le darían un poco más margen de maniobra que el concreto.

"Los brazos van a recibir parte de la fuerza, así que ayudaría si estas extremidades están relajadas y sueltas".

Usando la analogía de los dobles en películas de acción que suelen caer a través de marquesinas o toldos antes de caer al suelo, añadió: "si puede retardar la caída del objeto, hágalo. Eso ayuda".

"Y si se lograra poner algo sobre el suelo, algún tipo de material que extendiera en lugar de romperse, parte de la energía se absorbería en el material y se podría detener al bebé con cuidado".
En la práctica

Del laboratorio a la realidad, un transeúnte frente a un niño cayendo podría tener poco tiempo para sopesar la situación.

Andy Caldera, director operativo de la Escuela de Bomberos, dice que no hay nada que hacer en esos accidentes insólitos.

Asegura que no es parte de su formación, ya que no tendrían tiempo suficiente para llegar a la escena con un trampolín o un colchón.

"No hay técnicas o equipos que pudiéramos poner en el lugar", dice.

"Esto sucede tan rápido y es un evento inesperado. La persona que cae tendría poco o ningún control sobre su propio cuerpo y para la gente en tierra, si es un niño pequeño, es un golpe o fallar en el intento de suavizar la caída.

"Sólo toma unos segundos para que las personas caigan distancias relativamente grandes. Habría muy poco tiempo para pensar en tomar alguna medida práctica".

Fuente: BBC
Foto : Thinkstock