El Diputado Nacional Agustín Portela y miembros de la Juventud Radical de Santa Lucía estuvieron presentes en el lanzamiento de la candidatura presidencial de Sanz por el Frente Amplio UNEN. El senador mendocino dijo que populismo es “lo que toda la vida se llamó demagogia”. Expresó su deseo porque haya “una Argentina donde podamos decir que cualquier tiempo pasado fue peor”. De todos los males de la Argentina, dijo, “el peor es la inflación”. El presidente del radicalismo, Ernesto Sanz, lanzó formalmente su candidatura presidencial con un multitudinario acto en el Luna Park en el que cargó contra el populismo, al que consideró una de “las peores desgracias”.
Llamó a “reconstruir la unidad en los argentinos” y aseguró que se viene “un cambio de época”.
“¿Hay alguien que piense hoy que a la Argentina le va bien? -se preguntó el senador-. Nadie, ni siquiera en el propio oficialismo”, para luego reprocharle al Gobierno nacional “dos cosas”. En primer lugar, que “tuvieron en sus manos la mejor chance en100 años para que el país diera el salto definitivo. La desperdiciaron”; y el segundo reproche que formuló fue “que dividieron a la sociedad argentina. Dividieron y enfrentaron entre sí a los ciudadanos. Trazaron una raya divisoria y convirtieron a la política argentina en una cuestión de amigo y enemigo”.
Sanz sostuvo en cambio que “nuestros enemigos son la pobreza, la injusticia, la corrupción, y también el populismo, que es de las peores desgracias que le puede ocurrir al pueblo.
Es como alimentar a un chico solo con caramelos, que le gustan y le arruinan la salud”. Y le reprochó al Gobierno “manipular la angustia de la gente en lugar de resolver sus problemas; hacerse rico en el poder, mientras se simula proteger a los pobres”.
En ese marco, el senador mendocino sostuvo que “el populismo es lo que toda la vida se llamó demagogia. Y toda la vida se llamó demagogia engañar al pueblo”.
“Llegó el momento de decir basta -exclamó-. Por eso mi compromiso es: quiero una Argentina donde podamos decir que cualquier tiempo pasado fue peor”.
El senador radical se comprometió a “reconstruir la unidad en los argentinos”, y dijo estar contando los días “para llegar a un verdadero cambio”.
Más adelante, Sanz dijo que “hace rato que vengo diciendo que hay un cambio de época”, y anticipó que “en 2015 no habrá un balotaje entre dos hombres, sino entre dos culturas políticas: la del populismo y la de la cultura democrática”.
Luego embistió directamente contra el massismo, al advertir: “No confíen en los que se presentan como renovadores, pero que hasta ayer nomás estaban felices en el barco que abandonaron”.
Se preguntó más tarde “cuántas personas se levantan preguntándose si van a tener trabajo dentro de un mes”, y aseguró que “la Argentina necesita un Gobierno que sea decente y haga cumplir la ley. Lo que menos necesita es un mesías y un iluminado, porque ya hemos tenido bastante”.
“Argentina es un país en estado de incertidumbre, donde nadie puede estar seguro de nada.
Hoy los hijos piensan que van a vivir peor que sus padres, pero hay algo más dramático todavía: que los padres pensamos lo mismo”, expresó. Y advirtió, enfático: “Yo no lo acepto, me enoja, no lo acepto y me revelo contra eso. Los hijos tienen que vivir mejor que sus padres y la Argentina tiene que ser mejor que la que hemos conocido”.
Así las cosas se comprometió a que “esté donde esté, voy a dedicar el resto de mi vida a conseguirlo”.
El precandidato radical señaló que “tenemos que superar la crisis económica”, y alertó que “hay una enorme crisis de moral pública, que carcome la legitimidad de nuestras instituciones”. Luego hizo votos por “la modernización del país, en la que nos jugamos buena parte de nuestro futuro”, para agregar luego que “Argentina perdió el paso a la modernidad, y hay que anotarse a esa carrera antes que sea demasiado tarde”.
“Los datos de la crisis económica son durísimos”, dijo en otro pasaje, y puso como ejemplo el caso del dueño de una Pyme que le dijo: “Hay algo que solo sé: que solo soy visible para la AFIP”. Y remarcó entonces que “no les interesa la riqueza que pueda crear, sino los impuestos que pueda pagar”.
Sanz sostuvo que “de todos los males de la Argentina, el peor es la inflación, y de esto el Gobierno no puede culpar a nadie”. Y puso como ejemplo que en 2003, la inflación era del 2% anual. “Nos dejarán como herencia una inflación superior al 40%”, alertó, para agregar luego: “Siento vértigo con estas cifras. Porque cuesta creerlas, pero mucho más soportarlas”.
Tras ello, ironizó: “Solo falta que un día desde el atril de la Casa Rosada alguien nos pregunte: argentino, decime qué se siente”.
“Se disparó la inflación y al Gobierno solo se le ocurrieron dos cosas, primero mentir y después aumentar la inflación”, puntualizó, para agregar luego que “a la pasada quisieron quedarse con la fábrica de hacer billetes”.
Al hablar de su eventual gobierno, dijo que si llega a presidente, “terminaremos con las cifras truchas”, en primer lugar, y luego detendrá la máquina de hacer billetes, para “prender la máquina de riqueza verdadera”. Habló de “ordenar los gastos públicos”, y en ese sentido aclaró que “voy a mantener el gasto productivo”.
“Si soy presidente, por si hay alguna duda, voy a convertir en ley la asignación universal por hijo. Pero voy a parar la fiesta del despilfarro, porque esa fiesta la paga el que gana en pesos”, enfatizó, comentando luego que “con lo que este Gobierno gasta cada mes en propaganda, se podría pagar el sueldo de 50 mil trabajadores”.
Habló luego de instrumentar “un gran acuerdo nacional para conseguir una baja escalonada de inflación”, aunque aclaró luego que “la inflación no es nuestro único problema, con ella vino la recesión, y lo más importante es reconstruir el sistema productivo”.
“La recesión es a la economía como la depresión a las personas, comparó, para señalar luego que “el buen gobierno no es el que hace todo, sino el que da las posibilidad de hacerlo. El buen Gobierno es el que contribuye a crear riqueza, no el que quiere quedarse con las riquezas del país. Es el que se hace responsable, no el que solo se ocupa de buscar culpables afuera”.
En otro pasaje hizo hincapié en la educación, y señaló que propondrá que agredir a un docente se equipare a agredir a un policía. “Ya lo dijo Sarmiento: hombre, pueblo, Estado, Nación, todo está en los bancos de la escuela. Por eso para mi gobierno, la educación no será la simple gestión de un ministerio”.
Luego habló de corrupción, y dijo que la Argentina está enferma de ella. La corrupción, dijo, “está presente en todas las esferas de la vida pública; lo del vicepresidente no es un caso aislado, es un síntoma”. Dijo que “necesitamos una política que sea limpia y honesta”, y consideró que “no es ninguna casualidad que los países que mejor funcionan son los que no tienen problemas de corrupción”.
Prometió que si es presidente va a crear la Conadep de la corrupción, “para que ningún delincuente quede en el olvido. Lo digo desde ahora, conmigo no habrá corruptos impunes, ni mucho menos pactos de impunidad”.
“Sería muy bueno que todos los que se dicen partidarios del cambio, asumieran públicamente ese compromiso”, añadió. Sanz agregó luego que “los corruptos no tienen partido, son solamente corruptos”.
Hacia el final, dijo que “hoy estoy más orgulloso que nunca de ser parte de esta fuerza que quiere gobernar la Argentina, somos la Unión Cívica Radical, somos el Frente Amplio UNEN, somos el cambio. Somos los que tenemos que construir una nueva mayoría política. Yo aspiro a ser presidente de la República, porque creo que puedo ser útil a mi país”.
“Este es un momento apasionante para ser argentinos -aseguró-. Invito a todos los que creen más en el esfuerzo que en la apatía, a los que prefieren el sí al no, a los que piensan que gobernar es decidir, pero que antes de decidir hay que escuchar y después de decidir hay que explicar”. Y concluyó diciendo: “Salgo a darlo todo, pero se que no lo podré hacer solo, los necesito a ustedes, necesito su impulso, sus ideas, tenemos que convencer a muchos millones de personas”.
De los otros presidenciales de su espacio, estuvo Elisa Carrió, quien llegó diez minutos antes del inicio del discurso de Sanz. Estuvieron también candidatos a gobernadores de su partido, como Gerardo Morales, Luis Naidenoff, José Cano, Eduardo Costa, Julio Martínez, Eduardo Brizuela del Moral, Mario Barletta y Angel Rozas, entre otros.
Estuvieron también el gobernador correntino Ricardo Colombi, la senadora Silvia Elíaz de Pérez, los senadores Juan Carlos Marino, Mario Cimadevilla, el diputado de la CC Fernando Sánchez, el diputado de SUMA+ Martín Lousteau, el neurocirujano Facundo Manes, Ricardo Gil Lavedra, Facundo Suárez Lastra y Javier González Fraga, entre otros.