Con la meta de aprender a tocar un instrumento, a diario viajaba a Goya en el “colectivo solidario” solventado por la Municipalidad. A la tarde, trabajaba como personal comunal. Hace un año fue convocado por el Regimiento y ahora dedica su vida a ejecutar acordes.
Darío Sosa vivía en el barrio Estación, de Santa Lucía. Pero hace un año cambió su paisaje por uno porteño, Palermo. Ahora vive allí gran parte del año porque integra la banda de música del Regimiento de Infantería 1 “Patricios”, el más antiguo del Ejército Argentino y de Hispanoamérica. El intendente de su pueblo natal, José Sananez destacó su historia de superación.
Darío contó que en diciembre del 2016 culminó sus estudios en la Escuela Secundaria Nº 509 de Villa Córdoba. Eso implicó el fin de una etapa y el inevitable inicio de otra.
Ahí surgió la idea de estudiar en la banda de música del Batallón de Ingenieros de Monte 12 de Goya. Institución en la cual ya lo estaba haciendo un amigo de Darío, quien fue el que le comentó de esa posibilidad.
Considerando que “al egresar te incorporan como suboficial, pero como músico”, contó el joven santaluceño. Y con ese objetivo en el 2017 comenzó a estudiar en las instalaciones que funcionan en suelo goyano. Eso significaba tener que viajar a diario y por consiguiente representaba disponer de una determinada cantidad de dinero.
Sin embargo, Darío pudo viajar gratis “gracias al colectivo que Sananez implementó”, destacó el joven músico. Refiriéndose al servicio de transporte solidario que por decisión del actual intendente solventa el Municipio y que permite que decenas de jóvenes santaluceños puedan ir a estudiar a Goya sin tener que abonar un pasaje.
Esfuerzo
Sobre cómo era su rutina, Darío recordó que de lunes a viernes, a las 7 partía desde Santa Lucía para concurrir a las clases que se dictaban en el Batallón de Ingenieros Monte 12. Retornaba a su hogar, entre las 13.30 y las 14.
En esa franja horaria almorzaba para después poder dormir un rato y así recobrar energías para ir a trabajar. Es que, a la tarde, se desempeñaba en el área de recolección de servicios. Depende de la cantidad que había que juntar, su jornada laboral se extendía hasta las 21.30, las 22 o las 23.
Cumplir con esta rutina diaria implica un esfuerzo significativo, pero Darío nunca abandonó las clases para aprender a tocar el fliscorno barítono en sib, un instrumento que él señaló que ni siquiera conocía antes de ingresar a la banda. “Para mí sólo existían la trompeta y el trombón”, señaló e inmediatamente agregó que “luego fui aprendiendo la diferencia entre los distintos instrumentos”.
Tras dos años de aprendizaje, Darío egresó. Y luego se postuló para integrar la banda de música del Regimiento de Patricios. En ese momento, recordó que uno de los requisitos era enviar un video que registrara sus cualidades en la ejecución del fliscorno barítono en sib.
En respuesta a su postulación, a principios del 2019 recibió la noticia de que fue aceptado. Así que armó su equipaje, se despidió de su familia y emprendió el viaje a Buenos Aires. Allí, el 14 de febrero se incorporó como integrante de la banda de música del Regimiento de Patricios.
Y precisamente, desde aquel día, el joven santaluceño también vive en las instalaciones de esa unidad del Ejército. “Siempre le digo a mi familia que una cosa es contarles o enviarles un video cuando tocamos en algún lugar con la banda. Pero otra cosa es presenciar ese momento. No lo puedo describir con palabras, es maravilloso”, subrayó Darío.
A esos momentos de felicidad, también se suman aquellos en los que extraña a su familia, al pueblo donde creció. “Cuando estaba estudiando un sargento ayudante me dijo, aprovechá disfrutar todo lo que puedas de tu familia, abrázalos a tus padres, no dejes de decirles cuánto los querés”, rememoró el joven, quien inmediatamente añadió: “Y ahora que estoy lejos me doy cuenta de por qué me dijo eso”.
Fuente: El Litoral
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